Proyecto de Facultad
Resumen del Proyecto / Escrito Curatorial
Viajes intra e inter facultades
“Viajar es descubrir que todos están equivocados acerca de otros países” — Aldous Huxley
Y nos fuimos de viaje… El equipo expedicionario emprende su aventura e inicia sus viajes internos. Para ello cada facultad empieza a identificar aquellas prácticas de formación e iniciativas pedagógicas que los caracterizan. En nuestra Facultad de Ciencia y tecnología empezamos a dar una mirada a cada uno de los departamentos que la conforman: tecnología, física, biología, matemáticas, química y ciencias naturales y educación ambiental. Iniciamos realizando pilotajes, los cuales se caracterizaron por la intención de sorprender a los compañeros expedicionarios, nadie sabía qué había preparado el compañero para compartir.
Al inicio fue grato encontrar compañeros de viaje de cada uno de estos programas, con los cuales pudimos compartir e interactuar por medio de experiencias que nos llevaron a reconocernos pero también a conocer al otro, desde nuestras subjetividades, fortaleciendo los tejidos sociales de nuestra facultad. Es aquí donde identificamos aquellas didácticas específicas que nos constituyen como la FCT.
Para este primer viaje cada departamento eligió unas prácticas pedagógicas que lo caracterizaran en la formación de maestros y generó una ruta de viaje a partir de ella. Con nuestros pasaportes listos, empezamos a transitar aquellos territorios que nos convocan: el primero fue la casita de la vida o Museo de Historia Natural, donde el cuidado de la vida y lo vivo cobra relevancia. Aquí la interacción con los especímenes y organismos nos lleva a vivir la experiencia y hallar una enseñanza de las ciencias de manera contextualizada.
Nuestra segunda parada fue el LADIMAT, el laboratorio de didáctica de las matemáticas, donde lo abstracto se vuelve real y tangible. Aquí pudimos interactuar con material didáctico, el cual nos acercó al aprendizaje de las matemáticas de una forma divertida y relacionada con la realidad, lo que generó aprendizajes significativos. Este laboratorio es un insumo de gran importancia para los maestros en formación quienes aquí encuentran apoyo pedagógico para su práctica docente.
En seguida, tomamos otro rumbo y aterrizamos en el laboratorio de química, donde experimentamos la propuesta pedagógica de Magiciencia, la cual utiliza el uso de paradojas para la enseñanza de la ciencia. Aquí el protagonista fue el asombro, ya que las demostraciones realizadas por medio de experimentos, nos abrieron los ojos a nuevas explicaciones del mundo.
Emprendimos vuelo nuevamente y llegamos al espacio de Realidad Virtual de tecnología. Aquí la percepción fue clave en el territorio. Pudimos ver un problema desde diferentes perspectivas para encontrar la solución, pero también por medio de la virtualidad pudimos construir mundos paralelos que ampliaron nuestro horizonte.
Finalizando nuestro viaje nos encontramos en física, donde por medio de la astronomía nos llevaron fuera del planeta con la charla “Universo Plano”, que desde una mirada cósmica, nos mostró las nociones de tiempo y espacio, y nos ubicó en el sistema solar, donde pudimos observar las interrelaciones con el resto de cuerpos celestes.
Por último, nos encontramos en la Universidad Pública de Kennedy, hogar de nuestro programa de ciencias naturales y ambientales, donde pudimos fluir al interactuar con la naturaleza, pudimos observar la vida a través de los microscopios pero también tuvimos la posibilidad de conocer las bombas de germinación de semillas, donde todos nuestros sentidos volaron al son de esta explosión. La experiencia se configura en un ejercicio de rebeldía frente a las bombas que exterminan con todo a su paso, estas por el contrario germinan la vida.
A partir de estos viajes internos, donde conocimos y nos reconocimos de diferentes maneras, usamos nuestro pasaporte para irnos a las islas de las facultades, donde vivimos prácticas pedagógicas novedosas e interesantes, que tuvieron como ejes el territorio, el cuerpo y la formación de maestros. La narrativa de la FCT tiende a fortalecer un tejido social, poniendo de relevancia el diálogo y apoyo por parte de nuestras directivas (desde el Concejo de Facultad), de igual manera, la participación en los viajes de distintos actores de la FCT (funcionarios, servicios generales).
En el 2024-1 finalizamos estos viajes con maletas llenas de recuerdos, de aprendizajes y experiencias. Ya no somos los mismos, nos reconocemos en y con el otro, y tenemos una percepción distinta de lo que somos como facultad, lo que nos identifica y nos fortalece cada día para brindar la mejor formación a los futuros docentes de nuestra FCT.
Navegando las aguas de la Co-creación y la memoria colectiva
“Solo en la aventura algunas personas consiguen conocerse a sí mismas…” — Andre Gide
Los viajes intra e interfacultades nos generaban preguntas e inquietudes todo el tiempo. El conocer y reconocernos sembró en nosotros un espíritu de pertenencia y de compartir. En este sentido, indagamos sobre esas formas en las que podríamos compartir todas las experiencias de nuestros viajes, pero de manera diferente, teniendo en cuenta toda la diversidad de cuerpos y territorios que confluyen en nuestra UPN. Es aquí donde surge La plástica participativa, un proyecto que nace desde el equipo expedicionario de la Facultad de Ciencia y Tecnología y se instaura como un ejercicio de co-creación, donde nos damos posibilidades para co-crear, conocernos a nosotros mismos y a nuestra facultad.
En 2024-1 plasmamos este proyecto y proponemos hacer un mural, sin embargo este no sería un mural realizado por un único autor, sino que se convertiría en un trabajo colaborativo de elaboración de piezas de barro que nos llevarían por la incertidumbre y por caminos que no hubiéramos pensado nunca transitar.
De la mano de nuestro capitán de barco, el profesor de Artes Visuales, Andrés Bueno, iniciamos un nuevo viaje, navegando por aguas misteriosas poco conocidas para la mayoría de nosotros. A partir de diferentes talleres íbamos plasmando nuestras ideas y pensamientos en el barro, pero también dejando huella en este ejercicio de memoria colectiva. Cada taller nos llevaba por un rumbo distinto pero hacia el mismo puerto: nuestro mural.
Para tomar esos diferentes caminos, hicimos encuentros en el taller de cerámica orientados desde los ejes de reflexión propuestos desde nuestra ruta expedicionaria como FCT: cuerpos, territorio, subjetividad del ser maestro, apoyados siempre por los estudiantes de la electiva procesos cerámicos, que aportaron a la creación de piezas, al igual que estudiantes y docentes de las licenciaturas en biología, matemáticas, química, tecnología y por su puesto nuestro equipo expedicionario, siempre presente. Es entonces como todos estos viajeros, moldearon el barro, plasmando su ser, sus experiencias y su saber, creando así una obra de arte.
¿Y ahora qué?
“Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas” — Henry Miller
Volvimos a nuestros lugares de origen, ahora diferentes y reconstruidos, con la felicidad de lo visto y encontrado en cada espacio. Con muchas piezas que armonizar para darle sentido a nuestra obra. Entonces surge una idea…
El diálogo entre los expedicionarios dejo entrever que algo que nos caracteriza, en general a toda la facultad, independientemente del departamento, es la espiral. Desde el inicio de nuestros viajes identificamos esta figura como propia, porque transmite mucho de lo que somos.
El ir y venir dentro de los territorios, el formarnos, reconfigurarnos y repensarnos como sujetos que hacen parte de un gran tejido social que construye universidad, nos lleva por un movimiento cíclico que parte de un punto de origen, el cual es nuestra formación en UPN, y nos lleva por el fluir de la vida a lo que somos actualmente.
Esta espiral también nos da una idea de las diferentes miradas que tenemos como facultad pero como todas se encaminan hacia un punto lejano, por el cual transitamos a lo largo de nuestra vida y de la mano con nuestras experiencias y vivencias en la UPN.
Por último, pensamos esta espiral como ese proceso continuo del cual hacemos parte docentes y estudiantes, funcionarios, directivos, las plantas y los otros organismos. Un proceso que nunca será terminado, somos sujetos incompletos que siempre se podrán enriquecer por y para el otro, con el fin de ampliar visiones, abrir mentes y generar nuevos tejidos sociales que construyan y reconstruyan nuestro país.
“Hay una especie de magia cuando nos vamos lejos y, al volver, hemos cambiado». Kate Douglas Wiggin
NO ES TAN FÁCIL COMO PARECE
La última fase de este proyecto fue una de las más complejas, ya que requirió de un gran trabajo de los integrantes de la plástica participativa. Aquí tomamos todas las piezas realizadas en las fases anteriores e iniciamos el proceso cerámico.
La primera parte consistió en la quema de las piezas, para endurecer la arcilla. Esto se realizó por partes teniendo en cuenta la gran cantidad de piezas creadas. Posteriormente estas piezas se pintaron con pigmentos de óxido de distintos colores como amarillo, rojo, negro para darles tonalidades diferentes. No obstante, después de pintarlas se da el proceso de lavado, en el cual se remueve parte de esta pintura, dejando una superficie con tonalidades claroscuro en cada pieza. Luego de esto, realizamos una segunda quema para todas las piezas. Al ser quemadas, tuvimos que curarlas con cera de abejas, mientras estuvieran calientes, para darles un último toque final. Cabe resaltar que en este ciclo cerámico, tardamos mucho tiempo debido a la cantidad de piezas que teníamos, sumado a esto el horno se dañó a mitad de camino, lo que freno un poco nuestro ritmo de trabajo.
Diseñamos la espiral partiendo del concepto de Fibonacci, aquí por medio de un trabajo minucioso de medición concebimos la gran pieza, la cual fue dividida en seis partes. Teniendo ya nuestras partes y las piezas listas, organizamos las piezas por tamaños e iniciamos la fase de pegado. Allí empezamos a tratar de acomodar todas las piezas de forma que todas hicieran parte del mural.
Finalmente se nos vino el trabajo más pesado, transportamos las piezas del laboratorio de escultura al bloque B y con la ayuda de los señores de servicios generales, pudimos pegarlas a los muros, trabajo que no fue fácil. Ya pegadas en el muro, decidimos emboquillarlas para que las piezas resaltaran aún más, esto nos tomó días de trabajo arduo pero satisfactorio. Dimos brillo a las piezas, pintamos los bordes y ¡voila! Tenemos nuestro mural y nuestro proyecto terminado.
Verlo ahí en cada uno de los muros de nuestra FCT nos llena de orgullo y nos hace valorar todo el trabajo que hay detrás de cada pieza artística que hizo parte de esta gran obra. Agradecemos a cada mano amiga que se acercó al taller y aporto desde su ser ese granito de arena, ya que sin ese apoyo esto no hubiera sido posible.
Momentos





Bibliografía
Unda Bernal, M., Orozco Cruz, J. y Rodríguez Céspedes, A. (2001). Expedición Pedagógica Nacional: una experiencia de movilización social y construcción colectiva de conocimiento pedagógico. Nodos y Nudos 2 (10), 2-14. https://doi.org/10.17227/01224328.1156
